jueves, 30 de agosto de 2012

Ospreys........ Fishing


En los hides del pequeño lago
Ha sido el verano de la pescadora, sin duda. En la entrada anterior contaba las vivencias con la pescadora encaramada en su árbol seco. Fotos estáticas pues, pero con muchas poses y lujo de detalles (no me quiero acordar de aquella ramita en medio de unas 200 fotos). 
Este nuevo encuentro con el águila pescadora por tierras británicas, consistió en cuatro sesiones de unas tres horas cada una entre las 6am y 9am. Cada día misma rutina.... Cita en la puerta del hotel a las 4.15am con los otros 6 compañeros para llegarnos al lugar hacia las 4.45am, tomar el primer café del día y apostarnos en los hides.


El tiempo durante la estancia en las islas fue excelente. Si bien para alguna sesión hubiera preferido alguna nube más. Ya había luz para visión perfecta hacia las 5am. Y hacia las 6am podías hacer tomas con velocidad por encima de 1/500. El problema de dos de los días de sesión, fue el sol de mañana, sin una sola nube. Lo cual obligó en muchos momentos a tener que subexponer entre 2 y 3 pasos completos, para evitar quemar esos blancos mojados del plumaje de la osprey.
Más allá de la experiencia fotográfica, todo un lujo descomunal, el ver caer en repetidas secuencias a un misil lanzado en diagonal hacia el lago, desaparecer y emerger de esa forma con su presa, es algo que difícilmente se pueda contar (como muchas otras de nuestras experiencias pajareras y que cada uno sabe muy bien las emociones que le dejan). 
Tras allegarse a la zona, hacen vuelos en círculo cada vez más bajos, hasta que marcaban "la presa". En el pequeño lago había abundancia de trucha y me decían que la pescadora elegía muy bien la que le interesaba por cuestión de tamaño. Se lanzan de forma endiablada, siendo prácticamente imposible siquiera intentar hacer alguna toma anterior a la inmersión. Además de que por orientación de sol y el viento, se nos tiraban desde detrás de los dos hides. Con lo cual, atentos a la zambullida y marcando con el AF ese punto para la salida del agua con la presa y su seguimiento. Todas las sesiones las hice con el AF-C en 9 puntos y alguna toma también con 21 puntos. Pueda parecer ilógico, pues llenando mucho encuadre, el foco podía irse a cualquier punto (ala, trucha, pata...). Pero los resultados de un par de zambullidas con el AF-C en punto único, no fueron buenos.

Pudieran parecer tomas sencillas pero creerme que no lo son tanto. Las secuencias son muy rápidas. Hay mucho chapoteo y salpicaduras de agua. Dos hides en los que teníamos que alternar, con diferentes ángulos y luz. Y la mayoría de salidas de la pescadora tras la captura, casi en línea perpendicular a nuestra posición. Con lo que tenías que estar muy fino para meterlas en foco. Cierto es que son muchas las oportunidades que te dan, pero viendo los resultados de otros compañeros de hide y los míos propios, son muchas más tomas fuera de foco o cortadas, de las que realmente salen perfectamente en foco.
Fueron en total 9+5+5+3 las zambullidas de pescadora en los cuatro días, no todas ellas consiguiendo capturar trucha arco iris, con un total de 6 pescadoras distintas (algunas anilladas y otras no).
Experiencia pues inolvidable y difícilmente repetible. 
La serie completa en la web JpgBirding.com

Saludos. JPG

miércoles, 29 de agosto de 2012

Ospreys .... Buscando la pescadora en su posadero


5 Jornadas a las 5.50am (30 de julio al 5 de agosto)
Han sido cinco los días, todos ellos a la misma hora en el mismo árbol, apostándome al acecho de la pescadora. El sexto día, que en realidad fue el primero en allegarme al lugar, llegué tarde, muy tarde. Error de cálculo del primer momento de luz y con un cielo completamente despejado, a las 6.35am levanté a la pescadora de su árbol seco nada más iniciar la aproximación al sitio. Con lo que tocaba madrugar mucho más y apostarse antes. Cinco días seguidos llegando a las 5.50am en una zona ‘especial’, donde he conseguido fotografiar en la misma semana, águila pescadora, garza real, garceta, garcilla bueyera, zarapito real, zampullín, martín pescador y algunas anátidas.
Sensaciones contrapuestas y con una conclusión clara tras finalizar la semana….’la atracción sin igual de las rapaces’.

El primer día fue el único que conseguí a la pescadora. Llegó muy temprano, casi sin luz. Eran las 6.45am y con luz insuficiente siquiera metiendo ISO6400. Nervioso por verla encaramada y pensar si aguantaría a que hubiese mejor luz. El día estaba despejado y no hubo que esperar demasiado para hacer una primera toma testimonial a ISO 6400 y algunas más a 3200. Estaba perfectamente colocada si bien en una de las ramas más altas del árbol, con un contrapicado quizá excesivo. Aún dormitaba, pues había momentos en los que cerraba sus ojos y le costaba volverlos a abrir. Pero al cuarto de hora aproximadamente, se mueve…. Inicia un suave vuelo…. Lo primero que pensé es que levantaría y se marcharía. Pero no. Estaba buscando un posadero más cómodo o con un mejor agarre, para empezar a acicalar sus plumas y estirarse repetidamente. Ahí la tuve durante algo más de una hora. Pero….. El gran pero de esos momentos espectaculares…. Esa rama…. Esa maldita rama que había justo en mitad de la línea de disparo, ocultando parcialmente sus garras y parte del plumaje. Se había movido a las ramas posteriores del árbol seco, con la mala suerte de elegir ese posadero y tener “esa rama” continuamente molestando durante la sesión de unas 300 imágenes que le pude hacer, con poses variadas y una cada vez mejor luz según amanecía y la luz del sol comenzaba a pegarle de lleno. Con tiempo incluso para tomar un pequeño video, concentración máxima para ir variando el diafragma y hacer tomas con diferentes aperturas y especialmente cuidar la luz, pues el sol sobre el plumaje blanco del pecho obligaba a vigilar permanente el exposímetro.
La sesión completa de ese primer día está hecha con el 500mm y el TC17, para 850mm de focal. En algunos momentos con alas extendidas o haciendo estiramientos con alguna de las alas hacia debajo, las mismas salían del encuadre. La arrancada final de la pescadora iniciando el vuelo para dirigirse a su zona de pesca, tampoco pudo salvarse, al cogerla con varias ramas por delante.
Si bien fue todo un disfrute esa primera sesión de observación y fotografía a la gran pescadora, la sensación de frustración al volcar las imágenes de la tarjeta y verlas en el PC fue muy grande. Realmente son muy buenas fotografías, pero la mayoría de ellas con “esa molesta rama” en primer plano, arruinándolas parcialmente y con un clonado prácticamente imposible.
El resto de días en el lugar y sin volver a haberla podido fotografiar, se resume así:
Segundo día – Al llegar al sitio y a unos pocos metros del punto para apostarse, había luz suficiente para observar su sombra, encaramada en una de las ramas más altas del árbol. Extraño comprobar que había dormido allí. Lo cual me sorprendió pues en todo momento pensé que este árbol seco era un “trampolín” entre su dormidero y zona de pesca, utilizándolo exclusivamente para su ritual de limpieza y aseo matinal. Y ocurrió lo peor. Algún azulón que dormía en el regato dio la señal de alarma, despertando a la pescadora e iniciando esta el vuelo para decir adiós y no volverse a ver en toda la mañana.
Tercer día - No había hecho más que entrar en el terreno, aún a 400 metros del árbol seco, descubriendo que la pescadora estaba sobrevolando el regato, con la luz sobrada que proporcionaba la luna llena. Me debió ver a buen seguro. Según fuí caminando hacia el árbol, pude verla posada. Pero no aguantó más de unos segundos, estando aún a unos 50 metros del árbol. Sensación pues de frustración total, sabiendo que casi con total seguridad había perdido la mañana y no eran aún las 6am. Interesante descubrir quizá esa posible actividad extra de la pescadora en esa situación de fase lunar y teniendo cielo despejado.
Cuarto y quinto día – Sin apenas historia que contar, pues ni vi la pescadora al llegar ni apareció en el resto de la mañana. El quinto y último día, con una sesión mucho más corta, al tener que abandonar la espera a las 8am, con la capelina completamente empapada de agua, filtrándose esta y mojando el equipo sin que cesara la lluvia.
No pude pues encontrarme de nuevo con la pescadora y volver a tener la oportunidad de vivir las sensaciones de ese primer día, en el que aquella luz fantástica y la “ramita” maldita que no olvidaré, fueron protagonistas.
Volveremos a por nuevos encuentros........... JPG

Actualizo la entrada subiendo nueva imagen de la pescadora en su árbol. Tal y como cito en el comentario, esta vez sin ramas delante y estando situada en una de las más cercanas a mi posición.